martes, 16 de abril de 2013

THIS IS THE END

Adiós, lindos y lindas... esto se acabó.
Finalmente he llegado a Ushuaia, la ciudad del sur de todos los sures de este planeta, a 1000 kilómetros de la Antártida. Ahora mismo se me hace muy difícil intentar transmitir algo con sentido. Los míos están todos trastornados por la emoción del fin, por la tristeza del fin, por la duda del fin.
El último tramo del viaje ha sido como buena parte de él, maravilloso. Desde Santiago de Chile hasta la Tierra del Fuego se extiende una tierra grandiosa y generosa que me ha enseñado algunos paisajes difícilmente creíbles.
Para salir de la isla de Chiloé volví a embarcarme en uno de esos ferrys que atraviesan fiordos prodigiosos cruzando la costa del Pacífico, rota por tanta montaña que entra y sale, desmenbrada en miles de islas rodeadas de aguas quietas de color de plomo. La travesía duró dos días. Fue como volver a Alaska. El paisaje me conectó con aquellos primeros instantes del viaje y  mi cerebro hizo el resto. En el barco viajábamos muy pocas personas. Una de ellas era este señor, Rigoberto Cárdenas.



Pude ver la vida de este hombre dibujada en las palabras que salían de su propia boca mientras constataba, una vez más, que éste es quizá uno de los mejores regalos que te da un viaje. Las personas del camino, su modo de vertirse sin miedo ante un desconocido que deja de serlo al decir esa palabra sin sentido: Adiós. Ya sé que nunca habrá un adiós, el adiós no existe... todo lo que te ha atravesado seguirá ahí dentro siempre, sin ningún adiós posible. Hablando con Rigoberto también experimenté la sensación de mirarme en un espejo que proyectaba una lejana imagen mía que iba a llegar con la misma rapidez y contundencia con la que se había presentado el final del viaje. Sin avisar, mientras vas sonriendo creyendo que el camino nunca acaba. Y también  sentí la imperiosa urgencia de vivir plenamente todo lo que quedaba situado ahí en medio, entre las dos imágenes separadas por el tiempo veloz, entre Alaska y Tierra del Fuego, entre el frío y el calor, entre el ahora y el hasta nunca.

Solo decir que difícilmente creo que vuelva a ser tan feliz como lo he sido en este viaje. Tendré que digerirlo una vez regrese... ahora no entiendo nada.

También me gustaría dar unas enormes gracias a todos los que me habéis leído y escrito; ha sido buena parte de la felicidad que me ha acompañado en la ruta.

Lo dicho, buen camino a todos. Feliz viaje.



6 comentarios:

  1. Amante, Feliz regreso y estoy seguro que cuando vuelvas empezarás a entenderlo todo, no te preocupes, te ayudaremos.

    Gracias por compartirlo.

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  2. Cuando regresaste de San Antonio de los Baños tampoco entendías nada y acabaste entendiendo. Y sí, seguro que volverás a ser igual o más feliz otra vez, tienes madera para eso.

    Buen viaje de vuelta, mi amor, que el viaje sigue.



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  3. Gracias por compartir esta parte de tu viaje...

    Un abrazo Chema!

    P.D.: Si te acercas por el Ebro me encantaría escucharte.

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  4. bueno,bueno,bueno,tan solo es una parada,el camino es largo,a veces blanco y otras.......
    abrazo y besos.

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  5. Ánimo que siempre habrán nuevos horizontes que descubrir, en el largo viaje de la vida!
    Por asistencia al viajero
    Besitos.

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  6. Me quedao flipao !! No sabía yo .......
    Un abrazo, fiera !!!

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