lunes, 9 de julio de 2012

VANCOUVER LA ALTERNATI-VILLA



Hola hola. Aquí estoy, en Vancouver. Como resumen podría decir que la ciudad ha salido buena. Muy buena. Parece mentira que en tan poco tiempo esto haya explotado de esta manera. Hay que tener en cuenta que el primer blanco que pisó estas tierras fue hace sólo 200 años. Y que Canadá, como país, tiene unos 150 años, así que aquí todos se saben conquistadores, aunque sientan que esto ha sido suyo desde siempre.
He tenido la suerte de conocer a Dina, una chica de Calgary que era amiga de Yolanda, una mossa d´esquadra de Barcelona y que estaban alojadas en el mismo hostel que yo.
Dina trabaja en Calgary como asistente social, básicamente atendiendo a los nativos que viven en las reservas. En estos centros, apartados de las ciudades, es raro el día en el que algún indio no se suicida. Son lugares que recuerdan a países del tercer mundo, en condiciones miserables, poblados por personas que se han quedado al margen de todo. Es cierto que el gobierno ha intentado, a través de grandes subvenciones a la vivienda o el cuidado médico gratuito, que estos descendientes de aquellas primeras naciones que ellos colonizaron no se quedásen descolgados completamente de esta riqueza que parece invadir este país. Pero lo único que ha invadido las vidas de estos indios es, como en Alaska, el alcohol. Quizá sea la misma historia repetida, pero estas personas no han aprendido en 60 años a cambiar una forma de vida que llevaban practicando desde hace miles de años.
Y los daños se aprecian claramente en Vancouver.




En mi vida había visto tal concentración de desheredados, de personas excluidas de esta sociedad. Aunque hay que decir que aquí, a diferencia de Alaska, la proporción de blancos iguala a la de nativos. Algunas guías avisan de que en concreto la calle Hastings hay que evitarla. Lo curioso es que es ahí y solo ahí, en la calle Hastings, donde se concentran, y no en otras. Puedes ver a decenas de ellos intercambiando miradas perdidas, sonidos que quieren ser palabras, sudores sospechosos, botellas vacías, colillas reutilizadas, todos juntos en una especie de movimiento aletargado y tambaleante que recuerda a una manada de muertos vivientes. Aquí les llaman los Walking Dead, los zombies. Y a 30 metros de esta marabunta, en la calle de atrás, las terrazas de los restaurantes están llenas de señoritas perfumadas comiendo mejillones y ostras sobre un lecho de hielo picado tan tranquilamente. Porque esa es otra cosa de esta educadísima sociedad. Ni siquiera estos desgraciados te van a decir una palabra malsonante, y mucho menos intentar robarte. Si en algún momento se dirigen a ti es educadamente. Dina me dice que puedes pasear tranquilamente, sin peligro. Lo curioso es que a muchos de ellos les han intentado dar pisos, pero ellos dicen que allí están solos, que en la calle tienen amigos. Así que el motivo de que toda esta masa turbulenta se reencuentre día tras día es la soledad.
Y después vive la ciudad guapa, que por contraste con la de los Walking Dead, aún la convierte en algo más desconcertante.




La ciudad está completamente rodeada de mar y ahora, en pleno verano, los perfectos niños y niñas rubias inundan las calles. Casi todos son guapos y saludables. El centro de Vancouver es una pequeña península que actúa como un inmenso escaparate. Este es el modo de vida americano, y esto, aunque no quieras, desata muchas preguntas. Dividida en varios barrios, pasear por sus calles ha sido una delicia y una sorpresa constante. Puedes pasar en dos calles del impresionante barrio financiero con sus rascacielos recubiertos de espejos al barrio del West End, con sus calles tranquilas y arboladas que descienden hacia la playa, y un poco más allá, la calle Robson o Davies, donde se cocina la mezcla en todos los sentidos, toda una pasarela en sí en la que a cada paso que das sientes que a esto te gustaría acostumbrarte. O Chinatown, la tercera colonia más grande del mundo tras New york y San Francisco. O el Stanley Park, en el que me di una vueltecita con una bici y ofrece unas vistas de la ciudad impresionantes.


 
Como cosas curiosas:
- Es muy raro ver a las parejas besándose o acariciándose en público. Esto me lo advirtió Dina y lo pude comprobar. Su novio no le quiere coger ni la mano cuando van por la calle.
- Si alguien se acerca a pedirte un cigarro ya trae en la mano el dólar que sabe que le vas a cobrar.
- He ido al cine. De anuncios publicitarios antes de la peli, media hora. Y en los periódicos, en la sección de crítica de cine, algo curioso. Primero ponen el título, después los actores, el director y, acto seguido, AVISO A LOS PADRES, por si la peli trae más carga de lo necesario.

Esta tarde me voy al Parque Nacional Jasper. Así que cambio de aires.
Un beso muy gordo para tí.

6 comentarios:

  1. Amante, me dejas alucinando cada vez que te leo. Te estás haciendo hombre...y eso...es bueno. Sin más.

    Sigue deleitándonos con esos conciertos callejeros, bastante alternativillos...por cierto.

    Un besico mi amor

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  2. enriquecedor negrata,pero estoy seguro de que estaras mejor en el jasper ese.estamos en plenos san fermines(saludos fresa),espero que tengas unos segundos para trasladarte a aquellos momentos,te cargaran de energia sin duda.por cierto se te ha colado una foto de benidor,que guay,tu blanco....

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  3. Gennnnn...empiezas a dar un poco de asco con todo lo que nos estas contando, vuelvete ya y ponte a trabajar.

    NO VUELVAS, ESTO CADA DIA ESTA PEOR.

    Que bien se te ve en las fotos, hasta pareces mas delgaico y todo.

    Arturo,Fressss.....Un besico.

    Lo de siempre gennn, un beso fuerte y sigue remando y vigilando.

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  4. Se me olvido, dale un besico a Dina de parte nuestra.

    Adeuuuuuuuuu gennnnn

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  5. Enanooo,que flipe todo,en fín,ya me he mudado y toy con Andrew.
    Oye que ha pasado con el asunto de las entrevistas a los abuelos? Con los esquimales y estos walking dead de aquí podías haber hecho algo.
    Un abrazo

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  6. Pues vaya tela con Vancouver no? Puede ambientarte para tu próximo guión con algo como El ataque de los walking dead...

    Nos encanta leerte, entrevista y graba muchas cosas para tu documental aunque cuando vuelvas no se donde se podrá ver porque este Gobierno con su hachazo a la Cultura acaba de convertir los cines en objetos en peligro de extinción ...les ha subido el IVA al 21%!

    En fin disfruta tu que puedes...la demás seguiremos sufriendo y abriremos la ventana de tu blog para coger aire fresco!

    Salud!

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