Ya he vuelto del parque y, entre la conmoción del premio y la conmoción de haber visto esto, la verdad es que no gano para conmociones. Lo de Yellowstone, quizá por lo inesperado (bendita ignorancia), ha sido importante. Fuertemente importante, como decía un tipo que conocí en Jasper. Este es un vídeo presentado por Gustón (gracias, amante).
No tenía ni idea de lo que me iba a encontrar, había imaginado siempre que Yellowstone era una serie de bosques, montañas y lagos abarrotados de osos de todos los colores. Sin embargo, solo he visto un oso negro y muy de lejos. A cambio, este parque ofrece paisajes variados, contradictorios e inimaginables. Puedes pasar en un santiamén de lugares como este....
... a estar caminando por otro planeta tipo así...
... o encontrarte en una especie de playa tropical sin nada que ver con Cuba.
El hecho
de que todo el parque sea un inmenso volcán ha fabricado a lo largo del
tiempo algunas escenas que no creía que existieran.
Además de estas
maravillas de bañeras, de todos los tamaños y colores, el horizonte de esta tierra está recortado por miles de chimeneas de humo que aparecen por cualquier lugar y géisers de todos los tamaños que vomitan agua hirviendo. En conjunto, la sensación que transmite este paisaje es la de hacerte viajar hacia un lugar perdido en el tiempo. No voy a dar más la brasa con las fotitos, pero creo que si queréis ver cosas de estas curiosas, echar un vistazo a las fotos que he colgado. No tienen ningún mérito, porque las mismas fotos las estaban haciendo 24.500 chinos, pero creo que realmente os sorprenderán. Por último, un vídeo cortito de otro alucine....
Espero que os haya sorprendido. Una de las mejores cosas de este parque es que todas estas maravillas las puedes visitar en silla de ruedas. Como está situado sobre un volcán y el suelo, literalmente, arde, han realizado un increíble trabajo y hay decenas de kilómetros de pasarelas que recorren estos paisajes y evitan que los visitantes se queden sin piernas. Así, gracias al volcán, también los visitantes en sillas de ruedas pueden sentir el placer de ver.
En cuanto a animales, pues un poco de todo y mucho de bisontes. A estos bichos se les puede ver bastante cerca; algo más alejados se ven ciervos, alces y demás animales con cuatro patas y un buen par de cuernos; más alejados todavía, de vez en cuando, osos; más lejos aún, lobos comiendo ciervos y algún coyote; y más lejos, ya no se ve.
Que la naturaleza es sabia, ya lo sabíamos, pero en este vídeo que sigue se demuestra cómo el macho tiende hacia el esparcimiento y el regocijo de una forma natural, mientras que la hembra, a pesar de cargar con las heridas que provoca el paso del tiempo, siempre está por la labor de seguir hacia delante. Y también vemos cómo el hijo, de una manera inteligentemente innata, prefiere seguir el camino de la madre.
Creo que queda claro que no es nuestra culpa, que son los genes...
También me pegué un baño increíble en un río de agua caliente. Tal cual. Un manantial de agua ardiendo se volcaba directamente sobre un río y este era el resultado..
Otra de las cosas sorprendentes es la calidad de los servicios que ofrece el parque. Me refiero a la organización, al increíble estado de conservación y a la sorprendente limpieza que reina por todos lados a pesar de ser visitado cada año por cientos de miles de personas. Un ejemplo son los cámpings. He estado durmiendo en el interior del parque 3 noches en diferentes cámpings y, aunque en Canadá ya lo había visto, el sistema de pago es curioso. En la mayoría de los cámpings llegas, eliges el sitio que te gusta y dejas el dinero dentro de una especie de poste con una ranura que hay en la entrada. Todo voluntariamente. Sin vigilantes. Me pregunto qué sucedería en Laspaña si éste fuera el funcionamiento. Creo que por estos lares la gente sí que hace las cosas que realmente hay que hacer.
Bueno, como algunos me han pedido que cuente cosas que me suceden, algo más personal, pues os contaré que ayer noche, después de estar 3 días asalvajao dentro del volcán, fui a cenar a un restaurante chino muy bueno y muy barato que hay en West Yellowstone, el pueblo. El restaurante estaba a reventar. Y, maravillas de viajar solo, me sentaron en la misma mesa con un matrimonio de chinos. Yo intenté entablar conversación educadamente, pero los chinos no tenían ni puta idea de hablar inglés. Así que me comí la ternera con vegetales a un par de palmos de sus inmensas caras redondas absorbiendo ruidosamente dos pozales de fideos. Creo que ya llevaban bastante tiempo casados, porque durante los 45 minutos que duró la cena no se dirigieron la palabra.
Y otra cosa menos chistosa es la que me pasó la noche anterior a mi llegada a Yellowstone. El autobús me dejó en la puerta de un pedazo de hotel a las 2 de la mañana en Rexburg, a 150 km de Yellowstone, y allí tenía que esperar hasta las 6 para coger el que me llevaba al parque. En el hall del hotel una chica me dijo muy amablemente que podía esperar sentado en unos sillones propios de la casa real y que "aquella señora también estaba esperando a un bus". "Aquella señora" era una mujer mexicana que esperaba en uno de esos sillones parapetada tras cuatro grandes bolsas. Hablamos un poco y enseguida me preguntó:
-¿Que está usted, buscando trabajo?
-No, estoy viajando..
-Ahh, viajando...
Agachó un momento la mirada y sonrió tristemente, para sí misma...
después volvió a mirarme.
-¿Y tiene una cámara y hace fotos y todo
eso...?
-Sí...
-Ayyy... viajando...
-¿Y usted?
-No, yo estoy buscando trabajo, me han dicho
que en Boise hay bastante... pero el autobús se ha ido... bueno,
iba a agarrar uno para Salt Lake city, pero al final he cambiado de
idea y ya he perdido también el bus... y no sé... ayyy, unos viajando y otros...
Supe, porque me lo explicó, que el padre de su niña de 7 años se la había quitado. El padre era americano y estaba bien situado, ella era mexicana y tras 20 años limpiando en EEUU seguía sin papeles legales, así que no había mucho que hacer. Y por eso no regresaba a México.
-Si no fuera por mi niña... si me vuelvo ya no la veré más... lo
siento así... es seguro que no la veré... (para ella misma, convenciéndose) no, no
me vuelvo...
Se perdía, de cuando en cuando, en una media sonrisa llena de melancolía...
-A mí me hubiera gustado estudiar turismo, pero en casa no había
dinero y no pude.
-O sea que le gustaría viajar...
-Sí, pero no he viajado... solo he
trabajado... pero me hubiera gustado estudiar turismo... no estudiar
crea frustraciones, ¿no cree usted?
Yo callé.
-Sí... yo creo que si se estudia es otra cosa...
Y vi cómo se perdía de nuevo, hacia adentro.
Aquella mujer me transmitió una sensación
de profundo desamparo y una profunda perplejidad ante la vida. Aquella
mujer, con todo su
mundo metido en cuatro abultadas bolsas de chillones colores,
estaba intentando decidir en una fría madrugada hacia dónde dirigía su
vida. No tenía nada y, lo que es peor, no tenía a nadie. El hecho de
encontrarse conmigo creo que la hizo reflexionar
acerca de las grandes diferencias entre nosotros. Y a mí también. Me
hizo darme cuenta, una vez más, de la suerte que tenemos de haber nacido
ricos, de no andar por el mundo buscando el pan nuestro de cada día.
Cuando llegó mi autobús y me despedí de ella, le deseé, de todo
corazón, mucha suerte. Ella apretó mi mano entre las suyas y me dio las gracias. Aún no sé por qué. Y allí se quedó, varada, a la espera de una nueva corriente que la arrancara de aquel hotel. Y yo me monté en mi bus para ir a hacer fotos a Yellowstone y después contarlo aquí.
Y ese es el mundo. Los dos mundos, mejor dicho.
Bueno, después de este día de esparcimiento en West Yellowstone, mañana me voy ya hacia el sur. El plan es llegar a St. George, vía Salt Lake City, desde donde visitar dos parques nacionales: el Zion y el cañón Bryce. Después el cañón del Colorado y Las Vegas. Así que ya veremos cuándo escribo la siguiente carta.
Un beso enorme a todos.